Truenos Abandonados

 





Truenos Abandonados...


El trueno canta su ira

Ensimismado, nocturno,

Clamando por los versos

Que partieron con la lluvia

A mojar otros suelos.


La noche inclemente

Desborda de sueños

Al anhelado poeta

Quien se sumerge perdido

En prosas incompletas


La aurora conversa

Pidiendo clemencia

Por antiguos amores

Que hoy le queman los adentros

Algunos inciertos

Otros dolorosos


Soledades danzan serenas

En los campos baldíos

Donde sembré una vez

Esperanzas confusas

Y hoy he cosechado el Silencio


Entre grises me voy marchando

A viajar nuevas noches

Escuchando tronar el cielo

Recordando su tristeza

Por la lluvia que lo ha abandonado...


José Rafael Rivero

Octubre 05, 2015

@letrasysentires

Después de la Lluvia

 










Entre tormentas y el tiempo

Vuelves una vez más

Sin excusas, sin más que Amor

Ese proceso único entre los dos

Que ha vencido la adversidad

Que ha dormido en la Eternidad

Que se fortaleció en la serenidad

De aquel Silencio que nunca se fue


Escucharte una vez más

Cuanto lo ansío

Mientras las gotas suenan al caer

En aquellas calles que me vieron sonreír

Sin rimas, sin versos, solo con la locura

De una vida que no nos pertenece

De una cercanía que siempre apetece

De la ironía de saber que no se puede

Y aún así aquí estar en las lejanías

Soñando, deseando, suspirando..


Tan solo porque la lluvia cae

Y hay recuerdos que siempre estarán...


José Rafael Rivero 

Abril 27, 2022

@letrasysentires 


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Después de todo...

 

Después de todo no estás tan lejos

Mi búsqueda nunca fue desde adentro

Y ahora que tengo tiempo

Ya no solo dibujo bosquejos

Ya no solo escribo versos

Se han liberado pensamientos

Se han expandido sentimientos

He alcanzado firmamentos.


Después de todo no perdí el aliento

Aunque soplé en contra del viento

Tantas veces, en cada intento

Sin descansar un momento

Pero no me lamento

Porque de este experimento

Endurecí los cimientos .


Después de todo aquí te siento 

Sin que haya acercamiento

Con tu voz en mi aposento

Con el temblor en mis adentros

Cuando frente a mi te tengo 

Se me detiene el tiempo.


Después de todo mi amor expreso

Sin límites ni tropiezos

Porque he de salir ileso

Cuando lleguen tus besos

Tus caricias sin desprecio

Tu sonrisa en complemento

Y tus roces a mis adentros...


Alborotando mis sentimientos...


 José Rafael Rivero

@LetrasySentires

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Noviembre 07, 2020


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Aunque te encuentre en el firmamento


 




En carruseles de emociones

Las subidas son de alegría, 

Las bajadas de tristezas,

Pero en algunas curvas

La soledad se expresa,

Sedienta de compañía,

Pero no de cualquier presencia.

 

En atardeceres perfectos,

De esos que las nubes tientan

A las lloviznas serenas,

Se debaten tempestades,

Entre paisajes sin metas,

Para alcanzar la gloria

De sentirte intensa,

Como en otrora escribía

Cuando guiabas mis letras.

 

Cuando la noche me alcance

Y la madrugada entretenga

Mis pensamientos silentes,

Mi poesía realenga

Te encontraré en lejanías

De esas que llaman eternas

Donde el poeta sin Musa

En cada verso malversa

Palabras buscando amores

Entre borrosas siluetas.

 

Sin el éxito en la empresa

Continuaré buscando sin prisa

En los cielos sin nubes

En los lienzos sin letras

Hasta que el tiempo desborde

El límite en mi agenda…




 José Rafael Rivero

@LetrasySentires

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Octubre 26, 2020


Paisajes Nocturnos

 




Paisajes nocturnos que  hablan de amores

Con una luna llena enamorada,

Como la Musa aferrada

A un poema que nace de los ardores

De las pieles encendidas

Por absurdas fantasías

Que cuentan de amores perdidos.

 

Madrugadas confesas  

Delatan caricias ocultas

Que demarcan los sentires  

Humedecidos entre verbos

Que sugieren  ligerezas

En los recién descubiertos cuerpos

De las palabras atrevidas

De las prosas conmovidas

Por los interminables versos

Del poeta en sus intentos.

 

Muy lejos de sus lamentos, 

El amanecer espera paciente

Que las bocas y sus preceptos

Se deslicen por las tangentes,

Dejando las húmedas huellas

En  el letargo efímero  y certero,

Sembrado con tiempos profundos

En las pieles de los amantes.

 

Paisajes nocturnos, se desnudan en los lienzos sin amores,

Se alojan en corazones vacíos y sin temores

De volver una y otra vez a la soledad…

 

 José Rafael Rivero

@LetrasySentires

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Octubre 05, 2020


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De nubes y sonrisas

 




Las nubes se expresan con fuerza

El relámpago a lo lejos se deja escuchar

Café en mano y con mirada atenta

Me deleito en tu sonrisa

Certera atravesando mis oídos

Hasta llegar a las profundidades de mi alma.

 

La brisa regresa

Sentidos y sentires rebeldes,

Expresiones que se quieren amar

Verbos ingentes, convexos, ilusos,

Versos amables con el deseo tatuado,

Gestos húmedos en lienzos mojados

De prosas alegres, de hordas de pensamientos

Que deliran mientras danzan

Sonriendo en tus labios

Brillando en tus ojos

Temblando en tu piel…

 

Y mientras tanto

Aquí sentado sonrío

Imaginando lo que imaginas

Sintiendo lo que sientes

Mientras la lluvia ya te ha alcanzado… una vez más…

 

 José Rafael Rivero

@LetrasySentires

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Octubre 6, 2020


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Una y otra vez

 Personas, Hombre, Mujer, Pareja, Chaqueta, La Moda


Una y otra vez…

 

 

Nos dejamos llevar

Una y otra vez,

Nos dejamos amar

Como si fuese el final,

Anclando sentires donde sólo había fantasía.

 

Juré amarte sin condiciones,

A pesar de las distancias serenas

Marqué caminos sin retorno,

Acariciando posibilidades,

Sabiendo que la locura era una opción.

 

Amé amarte de esa forma,

Mientras mi mente divagaba

A través de dimensiones ocultas,

Rindiendo culto al silencio

Entre azules y suspiros sinceros.

 

Construí ilusiones sobre arenas movedizas

Ocultando infalibles destellos,

Musitando canciones entre sueños,

Ordenando noches y madrugadas en el tiempo.

 

Ahora, de nuevo observo…

 

Tu silueta que se desdibuja en el firmamento, creando

Inciertas melodías que acompañan la despedida o un nuevo comienzo…



 José Rafael Rivero

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Significados


 

Tus besos alojan misterios que anhelan ser descubiertos cada madrugada...

Te entrego poemas ilusos, palabras que sueñan ser amadas, por verbos deseosos, con nuevos gerundios y significados pacientes, serenos, ardientes.

Te abrazo y el lenguaje de tu cuerpo, me cuenta historias de deseos guardados en lo profundo de tu piel.  En esta conversación, se tejen orgasmos sinceros, entre miradas perfectas y sonrisas cómplices.

El furor de un idioma en clave, que llevamos en nuestros poros, describiendo vaivenes, dibujando humedades en los lienzos templados por el deseo, mientras los suspiros armonizan el momento sublime del temblor.

Sugerentes ideas nos invitan a ser precisos en el engranar nuestras intenciones, en el paisaje del poema, en la inmensidad de las letras, en lo efímero de este sentir que se expresa profundo y confeso, para desnudar sensaciones.

 

José Rafael Rivero

Agosto 25, 2020

@LetrasySentires

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Bajo la Luna Llena...









Era uno de esos días difíciles en los que el ajetreo de la semana te pasaba factura, terminaba el mes y torres de facturas y recibos se dibujaban en mi escritorio como una ciudad con muchos rascacielos.  El café se enfriaba rápido y ya llevaba varios, quería terminar rápido, me iría en la noche de campamento y por fin coincidiría con Valentina, desde que la conocí sentía que debíamos coincidir en más espacios, pero el día a día nos llevaba por delante a ambos.  Ella trabajaba del otro lado de la ciudad, su horario era más complicado que el mío, sin embargo siempre sacaba tiempo para distraerse, mientras yo lo hacía muy poco. 

Logré recorrer la avenida principal, con suerte no había el acostumbrado tráfico de un viernes por la tarde, quizás aún era temprano, aunque para mí era muy tarde, debía llegar aún a casa, darme un baño y salir mochila en mano.  Me detuve en el minimercado y compré algunas cosas que me faltaban, incluyendo unos chocolates, nunca me iba de campamento sin chocolate, las noches no eran lo mismo cuando no los llevaba.  Llegué a casa, me duché y emocionado pensando en el encuentro con Valentina, apresuré el paso y salí de casa dispuesto a pasar un fin de semana espectacular. 

Valentina era una mujer hermosa, sus cabellos hacían un contraste increíble con su blanca piel, su cuerpo atlético mostraba su pasión por el deporte, su especialidad era el montañismo, la aventura.  Había escalado algunos picos altos al sur del país y también era surfista, para mí era simplemente perfecta.  La última vez que nos vimos fue en una reunión en casa de Andrés, otro escalador profesional, a quien conocí en uno de esos encuentros en las alturas montañosas, intercambiando bolsas para recoger la basura por café.  Nos hicimos amigos todos los de ese grupo y eventualmente convocábamos a reuniones en montañas, siguiendo ciertas señas dejadas en el camino que sólo los invitados conocerían, eran claves para la seguridad y privacidad del grupo. 

Apresuré el paso, ya había llegado al pie de la montaña indicada y la noche se hacía cómplice como en cada ascenso.  Ubiqué la primera seña y me dirigí cuesta arriba, bordeando la falda de la montaña por el camino que guiaba hacia el río.  La frescura del ambiente era típica de esta época y algunas aves aún estaban por allí revoloteando, cazando pequeños insectos antes de irse a sus nidos.  El sonido del río era el relax, la continuidad de la corriente de a ratos se cortaba por alguna rama o pequeña cascada, el cielo estaba despejado y ya a lo lejos la luna asomaba su brillo, como siempre subíamos en noches de luna llena, así no llamábamos la atención con las linternas. 

 Mientras atravesaba un puente hecho con lianas y pequeños troncos, divisé una silueta entre los árboles, era ella, Valentina solía llegar antes que todos, armar su carpa y salir a ver a quien se encontraba en el camino.   Como si hubiese escuchado mis pensamientos se detuvo, volteó y sonrió, levanté mi mano para saludar y me acerqué.  Un abrazo fuerte me dio la bienvenida a esta nueva aventura.  Mi pulso se aceleró un poco y lo disfruté, creo que ella también.  Mientras volteaba a ver si venía alguien más, me tomó de la mano y me dijo: “sígueme, quiero mostrarte algo que descubrí, no puedo esperar a que lleguen todos, estoy emocionada”.   Sin dudarlo ni un segundo caminé de su mano por un sendero, me hacía seña de silencio, debía escuchar algo.   Como a los cien metros se fue abriendo el follaje y allí estaba una cascada, a pesar de lo alta que era el agua pasaba a través de muchas ramas y hojas y terminaba cayendo como llovizna sobre un pozo que, a pesar que era de noche, podía intuirse era de aguas cristalinas.

“Quiero darme un chapuzón antes que lleguen todos”, me dijo, esto se ve muy bueno.”¿Me acompañas?”, preguntó mientras se despojaba de todo y se lanzaba sin pensarlo mucho.  “Ven está templada el agua, deja el morral allí y no lo pienses más”.  Era fácil para ella decirlo, para mí toda una experiencia el que con aquella confianza se quitase la ropa frente a mí, desde que la conocí esperaba una oportunidad para conversar con ella, cualquier excusa hubiese sido buena pero, encontrarla allí llamándome, desnuda y a solas en plena naturaleza, era toda una de esas causalidades que tu mente y el destino te juegan alguna vez en la vida. 

No lo pensé más y entré al agua sin ropa.  El agua no estaba fría, muy leve corriente indicaba que no había mucha pendiente más abajo o cuevas submarinas por las que el agua tomase impulso para bajar con más fuerza.  Valentina nadaba a mi alrededor la luz de la luna llena atravesaba las ramas y se creaba un ambiente espectacular con rayos azulados, brillantes, que hacían que ella  apareciera y desapareciera frente a mis ojos, aun así podía imaginarla tan cerca… por fin…

Conversamos, bromeamos de a ratos se subía a mi espalda, me apenaba que esos roces alborotaban mi piel, no sabía si eso la molestaría, aunque era casi normal darnos baños nocturnos desnudos en los viajes a espacios naturales, pero este momento era diferente, definitivamente.  

“Cierra tus ojos, no los abras hasta que te diga”, me dijo mientras se sumergió y sólo se escuchaba el suave rocío cayendo desde las alturas y mi corazón palpitando fuerte.  Sentí un roce con su piel y mi cuerpo tembló, su cercanía causaba estragos.  Moví mis manos de un lado a otro, buscándola bajo el agua pero ya no estaba cerca.  Al incorporarme me pasó de nuevo por un lado, su mano pasó por mi espalda y giré rápido, logré tomar su mano, pero se soltó.  Con mis ojos cerrados imaginaba mil cosas.  Una vez más sentí su cuerpo rozándome, esta vez quedándose  muy cerca.  Salió a tomar aire y al incorporarse quedó de espaldas a mí, rozándome, despertando todas mis fantasías en un solo foco, ya era inevitable el desearla.

Me sumergí siguiéndola, buscándola, rozando su cuerpo, abrazándola, subíamos juntos a tomar aire y nos sumergíamos, no existían las palabras, sólo agua, aire y dos cuerpos retozando bajo la luna llena.  Nos incorporamos de nuevo, esta vez frente a frente, la  tomé por la cintura y la acerqué un poco más, sin palabras, sólo miradas, cercanías, roces…  Podía sentir su ardor, en el vaivén del agua nos abrazamos, danzamos en  un beso, luego otro, una hoja cayó en el pozo, mientras un nuevo abrazo, esta vez más fuerte, buscando la posición nos permitió fundirnos en un beso apasionado.   Mis manos tallaban su cuerpo, recorriéndolo lentamente, grabando en mi mente cada poro, descubriéndola y encontrándome en su piel.  Sus temblores me hablaban de su deseo, sus labios de nuestra complicidad, un vaivén suave se convertía en éxtasis y un leve jadeo se dejó escapar de sus labios.  Su pecho me atravesaba, endurecido, punzante, invitando a mi corazón a latir más y más fuerte.  Sentía que me quemaba dentro de ella, su lava ardía y yo  avivaba esa fogata bajo el agua, retábamos al silencio, ahogando cada gemido entre besos y  temblores rebeldes que creaban ondas continuas. 

Sin decir una palabra más, nos dimos un último abrazo antes de salir del agua, sin idea de cuánto tiempo había pasado.  Debíamos llegar al campamento, quizás ya todos estaban allá.  Tomados de la mano recorrimos el camino de regreso al campamento mientras ella me mostraba las marcas del camino, esta vez las había hecho ella, para guiar al grupo al sitio de encuentro.  Una loma rodeada de eucaliptos con una zona despejada para acampar, era el lugar perfecto para resguardarse a la vez que se podía observar cualquier cosa que subiera por la ladera de la montaña, la luz de la luna llena permitía ver el suelo con facilidad.  Una fogata nos contaba que ya habían llegado, ella me soltó la mano y corrió a saludarlos, abrazándolos uno a uno les dio la bienvenida y me presentó a los que no conocía, el resto me miraba con sonrisa pícara, pero no hicieron comentario alguno.  

Preparamos una deliciosa cena, compartimos un café con brandy, Luis sacó la guitarra y comenzó la tertulia nocturna.   Valentina se recostó a mi lado, como si fuese mi pareja desde hace mucho, tal vez era así y ninguno de los dos lo sabíamos…  Tomé su mano y la besé, mientras la primera canción comenzaba a sonar:   “imagine all the people living in peace….”.



José Rafael Rivero

Diciembre 03 2017 ®
@LetrasySentires


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Destino...











Más allá de las distancias de mi imaginación ya tú existías, mientras yo era la rutina personificada en un vaivén de quehaceres, indiferente a mi entorno, acostumbrado a la compañía de una fría soledad.  Aquella tarde nada era diferente, recorría el camino de regreso a casa, un jueves decayendo entre grises y destellos, tal vez esa noche no sería tan igual a otras. 

Tu tan ocupada en tu interior, estabas allí sentada viendo al atardecer, con un libro entre las piernas, acostumbrada a la lectura al aire libre, no era fácil distraerte, una vez que te hacías parte de cada historia, de cada romance que enunciaba aquel escritor que te traía siempre caminando entre nubes. 

Siempre he sido un estadista de las situaciones, y sin embargo nunca me di cuenta que en ocasiones coincidíamos hasta esa tarde, en la que mientras pasaba a tu lado tu libro cayó al suelo, me detuve para levantarlo y entregártelo, casi rozamos las manos y pidiendo disculpas me incorporé con el libro en mano, era como una pequeña revista de poesía, al principio no lo noté, pero al entregártelo vi algo conocido y te pregunté quien lo había escrito, me respondiste con mi nombre...

Hacía unos años había escrito un intento de libro de poesías, enfocado en alguien que me traía de cabeza, y que después de descubrir muchas cosas alrededor de esa persona terminé alejándome y dejando eso en el olvido. Pero, ¿cómo era que ella lo tenía?, era de suponerse que sólo yo tenía el original en alguna gaveta de mi escritorio. 

Ella al ver mi cara de asombro me preguntó que pasaba, le narré algunos versos que vagamente recordaba, que sabía estaban en ese pequeño libro.  Me miró asombrada, ¿cómo era que un tipo que pasaba por a plaza y que se detuvo a recoger su libro de suelo pudiese ser el escritor que la ponía a soñar? Me senté a su lado y le pedí el libro, recorrí cada letra reviviendo cada instante, cada canción usada de fondo mientras creaba cada poesía, era extraño, no maravilloso, ya que de a ratos recordaba el porqué me había alejado, pero eso ya estaba curado, me recordé hacia mis adentros...

Ella me tomó la mano y se presentó, me contó que cada tarde se sentaba allí a leer ese libro que apenas tenía una veintena de páginas, la relajaba y ponía a viajar entre suspiros.  Me agradeció el haberlo escrito aunque sabía que no era para ella. Aún yo no sabía que hacer.  Le pregunté como lo obtuvo y me contó:  "Una vez fui a un sitio a sacar unas copias y mientras esperaba mi turno vi una cesta con muchas hojas sueltas con diversas impresiones y al leer algunas, decidí revisar todo, encontrando que algunas estaban un poco borrosas por problemas de tinta, pero se podían leer, entonces le pregunté al muchacho del local si podía quedármelo a lo que asintió sin problemas, ya luego le hice esta portada inspirada en su interior. 

Ciertamente fui a imprimirlo a ese sitio y ese día estaba fallando la impresora, que cosas... 

Conversamos largo rato, le invité un café y caminamos mientras me pedía le dijera alguna otra poesía o donde más podía leerme, estaba encantada y era mi fans nro. 1.  Eso me tenía sonrojado, no me lo esperaba, me sacó de mi rutina de una manera maravillosa, su estilo casi hippie de vestirse, sus cabellos rebeldes, una sonrisa hermosa, realmente no sabía si la miraba a ella o sólo me la estaba imaginando, tal vez algún deja vú. 

Nos sentamos y al llegar el mesero ambos pedimos mocachino, ella puso su ipad sobre la mesa y le pregunté que escuchaba, me dijo "Hoy Melendi", es entre rebelde y romántico, me siento conectada con algunas letras. Tomé una servilleta y comencé a escribir mientras ella se contaba, comentando sus andanzas entre poesías, buscando un poeta que escribiera como aquellas letras, no sé cuantas páginas nombró, algunos blogs, incluso en algunos eventos literarios, de esos que muy pocos hay en la ciudad.  Terminé de escribir y se lo entregué, con la condición que debía leerlo en su casa al llegar.  Ella se emocionó e intentó abrirlo pero sonrió y dijo que no podía aguantarse, que era un castigo de mi parte.  Terminamos el café y por la hora debíamos despedirnos, ella estaba más lejos de su casa.  Sin pensarlo me dio un fuerte abrazo, de esos que te marcan la vida, un beso en mi mejilla y mil gracias por haberme aparecido esa tarde en su vida, estaba muy feliz.  Se despidió varias veces hasta que por fin la vi alejarse en las escaleras, sonriente, casi danzando.   Sonreí, no sabía que pensar.

Esa noche tenía mucho por hacer como siempre, casi a la medianoche sonó mi celular, un archivo multimedia de un número que no tenía registrado, no había texto, se cargaba un vídeo... 

Al comenzar el vídeo una sonrisa volvió a mi rostro, era ella, con su cara sonriente y soñolienta me decía que había leído mil veces la servilleta, que no sabía como yo lo hacía pero era increíble, me mostró la servilleta plastificada lo que me hizo reír, creo exagera pero igual un suspiro ahogó esa risa...

 Esa madrugada se convirtió en una conversación bajo la luna, amando letras y melodías, jugando al destino, sin pensar que podía ser casualidad... ¿o causalidad?.  Realmente daba igual, para mi mente emborrachada de tantos pensamientos románticos, entre versos y fantasías, era un momento maravilloso. 

En la mañana un mensaje de "buenos días" acompañó mi desayuno mientras terminaba de prepararme para irme a la oficina. Le envié una canción de Melendi y le dije que el café podía ser más temprano, así esa tarde nos vimos una vez más, y luego otra y otra, y el domingo, el tiempo no se detuvo aunque para mí cada tarde parecía eterna.  Ella sabía por mis escritos que el invierno era mi temporada favorita y esperaba con ansias los versos de la lluvia.

Meses más tarde me descubrí caminando de su mano, la arena se hundía a mis pasos, la brisa del mar refrescaba mis pensamientos, la miré a los ojos y me besó, escribí un verso en su espalda con mis dedos, me respondió con un abrazo... de esos que te cambian el destino...



José Rafael Rivero
Noviembre 2017 ®
@letrasysentires



Mientras nos evitamos...








Pasaron los días, meses... eternos años, evitándonos, hasta que un verso  te acercó a mis líneas y por las cosas del destino, una foto que sin saber que no era tuya y sólo mi mente me traicionaba una vez más, entonces esa persona desconocida se ganaba mis suspiros, mi delirio de madrugada, mi pensar...
Ahora aquí me encuentro, escuchando canciones sin dueños, liberadas por albedrío propio, encajando cruelmente en cada verso, cantando despedidas y comienzos que nunca se dieron, alegando demencia para no dañarme más, sonriendo a la soledad, cómplice de temblores y ansiedades.  Así el tiempo se detiene a placer  y me hace malas pasadas, la tarde se moja en una lluvia fuera de temporada y esa madrugada añorada se desnuda para otros horizontes.

Mientras nos evitamos, la vida continúa, la ritma se funde en tristezas vespertinas, el viento acompaña nubes que se despiden unas de otras, mi mirada sobre un lienzo blanco olvida verbos, acariciando la tenaz ausencia que insiste y en su premura se duerme en mi regazo.

Mientras nos evitamos, una pareja se ama en el metro, una flor le entrega su miel al colibrí, una hoja seca cruje y se libera de su silencio al ser pisada, a medida que recorro el camino del otoño.  Viendo a lo lejos como se comen a besos, verdades corporales a ritmo de presentes perfectos, esos que nosotros no conocimos, aunque sólo yo los imaginaba, tú nunca habías llegado tan cerca como para decírtelo.

Y ahora, el lienzo se llena de absurdos, de música para dos, cuando en realidad sólo uno convive entre líneas, jugando a la fortaleza que espera el ataque de un sentimiento, sin estar seguro de poder resistir.  Aquel escritor que perdió el estilo, más no el vacío...

Mientras nos evitamos, aquella pareja se encontrará cada tarde, frente al vagón de la fantasía, para entregarse en alma y realidades, como quienes son dueños de un nuevo Universo, sin Azul y sin Silencio...



José Rafael Rivero
Enero 2017 ®
@LetrasySentires





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Truenos Abandonados

  Truenos Abandonados... El trueno canta su ira Ensimismado, nocturno, Clamando por los versos Que partieron con la lluvia A mojar otros sue...